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miércoles, 13 de marzo de 2013

Hubiera deseado tener un megáfono

No me lo esperaba. Lo religioso me es tan ajeno que me descuidé... y esta noticia me agarró en la calle, rodeada de gente que sonreía y comentaba sobre el Papa argentino.Y cuando me iba subiendo la bronca por la garganta, entré al estudio de una abogada que me tenía que pagar unos minúsculos honorarios, no me atreví a comentarle nada, ella comentaba con otra persona, y cuando entré al despacho vi una imagen de Juan XXIII colgada en la pared... Estaba todo dicho. Terminado ese trámite, caminaba por las calles de tribunales mascullando por lo bajo y pasé al lado de dos mujeres y un señor que comentaban sobre "este notición". Seguí mi camino, paré.. y volví sobre mis pasos. Les dije: "Disculpen el atrevimiento, ni uds. me conocen, ni yo a uds., así sin conocernos, estaban comentando sobre la elección del Papa?? Qué les parece esta elección??". El sr me dijo "me reservo la opinión". Una de las señoras sonrió y no dijo nada. La otra, sonriendo y como confundida me dijo: "No sé, es una sorpresa, sólo comentábamos, no tuvimos tiempo todavía de pensar más". Agradecí, y seguí mi camino. Que soledad!!... Hubiera deseado tener un megáfono y gritar por toda la Avda Córdoba que todo esto es una mentira, que ese hombre no puede dirigir una Iglesia, que es parte de un sistema represivo y torturador, que nos costó treinta y tantos años de dolor empezar a blanquear la tríada civico-militar- eclesiástica, ¿y ahora esto?... Me retrotraje a la imagen del Papa dándole la comunión a Videla, el "somos derechos y humanos", a las caras de los curas que conocí en el SPF durante la última dictadura, a cuando alguna detenida llevada por su angustia y su incertidumbre buscaba ayuda en alguno de ellos y luego, ellos pasaban la información a las autoridades militares."Secreto de confesión"... no me hagan reír. Marta Masio