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domingo, 11 de septiembre de 2011

Del Monumento a la Mujer Originaria (MMO) a Rigoberta Menchú Tum

El MMO es un proyecto del escultor Andrés Zerneri y el escritor Osvaldo Bayer, quienes eligieron un camino lento pero seguro en pos de la concientización de la sociedad argentina sobre la necesidad de reconocimiento a los pueblos originarios, no solo a través de la construcción de este monumento, sino de la decisión de que el mismo reemplace al actual Monumento a Roca enclavado en la esquina de Diagonal Sur y Perú de la Ciudad de Buenos Aires.

Proyecto humano y ambicioso si los hay, sobre todo observando la realidad política actual existente en la ciudad, que nos convoca al debate, a la reflexión y a la difusión de esta iniciativa.
Poco sabemos de nuestros pueblos originarios y mucho menos de las mujeres que formaron y forman parte de los mismos. Más allá del lugar de víctimas en el que fueron ubicados, consecuencia de la absoluta supremacía de poder por parte de quienes los subyugaron, de algunos nombres de caciques que resistieron valiente y heroicamente al invasor, de la discriminación que sufren actualmente o de las divisiones y algunos “vicios” que actualmente presentan parte de sus descendientes, cuesta encontrar figuras emblemáticas para homenajear y ésta es también una tarea pendiente de investigación.

Tarea peligrosa por cierto, por la manera violenta y reaccionaria como se persigue a quienes se animan a realizarla. Como ejemplo basta preguntarle a Osvaldo Bayer, quien actualmente está siendo sometido a juicio por los Martinez de Hoz a causa de su película documental Awka Liwen (Rebelde amanecer) en la que analiza la llamada "Conquista al Desierto" de Roca.
Sin embargo, como el nombre del mismo proyecto lo dice, estamos hablando de la mujer originaria más allá de su actual nacionalidad, mujer en representación de hombres y mujeres, mujer en homenaje también a la tierra-madre, Pachamama que nos nutre, sostiene y une a nuestro continente americano.

Es por eso que elegí para homenajear hoy a una mujer originaria excepcional, cuyo trabajo inquebrantable la llevó a recibir el premio Nobel de La Paz en 1992; me refiero a la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú.

Muchas de nosotras y nosotros tuvimos la suerte de no tener que recorrer el camino que recorrió Rigoberta para que nos naciera la conciencia. Pudimos atravesar el desgarro y dolor por los crímenes y genocidios cometidos por la humanidad, sin haber sufrido la pérdida de un pariente o de un ser amado, al menos no en la propia generación.
Pudimos despertar nuestra conciencia a través de la lectura de textos testimoniales o de haber visto películas documentales, y gracias a esa conciencia nos sentimos unidas a la humanidad, parte de ella, más allá de nuestros afectos o pertenencias personales. SÍ, el conocer provoca un dolor que muchas veces genera amor. Y también el deseo de colaborar por un mundo menos violento, menos explotador, más justo y equitativo.

Otras mujeres como Rigoberta no corrieron esa suerte, y tuvieron que ofrendar sangre amada en su camino. En su libro biográfico “Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”, ella nos cuenta de qué maneras atroces fueron asesinados su padre, madre y hermano por sus actividades en defensa de los indígenas maya-quiché. Y cómo ella, luchadora pacifista, tuvo que exiliarse en México en 1982 para no ser asesinada también.

Guatemala es el país de mayor desigualdad social y económica en toda Latinoamérica y del mayor porcentaje de analfabetismo. El 70% de la población es indígena, predominantemente maya. El otro 30% es población blanca o mestiza asimilada a blanca. Esta minoría desprecia racial y culturalmente a la mayoría y es cómplice de una minoría mucho más pequeña aún que posee el poder. La violencia terrorista estatal y paraestatal que ejerció ese grupo poderoso en las décadas pasadas es inimaginable.

Rigoberta escribió su libro autobiográfico en el exilio. Fue traducido a 10 idiomas y organizó un movimiento indigenista liderado principalmente por mujeres, cuyos objetivos son en primera instancia la toma de conciencia de los mismos pueblos sobre su realidad y sobre las posibilidades de lucha pacífica para generar una transformación. Pronto adquirió fama internacional en el ambiente de las organizaciones de derechos humanos, quienes colaboraron de diferentes maneras para el crecimiento del movimiento, hasta llevar a Rigoberta a recibir el Premio Nobel de La Paz en 1992.

Protegida por su prestigio, pudo volver a Guatemala a colaborar con la débil democracia, en la que si bien habían disminuido la cantidad de crímenes de los escuadrones de la muerte, éstos no terminaron y siguen actualmente provocando terribles heridas en la sociedad. Asimismo, el crimen organizado convulsiona al país de tal manera, que termina promoviendo la continuidad de los gobiernos de derecha. Sin embargo, incansable, ella continua trabajando desde un partido político en contra del racismo y por la igualdad de derechos y oportunidades para todos y todas. Será candidata a presidenta por segunda vez en las elecciones a realizarse el domingo 11 de septiembre.

Una vez más parece que este pequeño y hermoso país, con las ruinas Mayas mejor conservadas del continente, todavía está lejos de tener un o una presidente indígena o de izquierda. Pero cada logro en pos de la paz en Guatemala, sin dudas le debe gratitud a la lucha constante de esta mujer, quien posee esa FORTALEZA DE MUJERES que no tiene que valerse de las armas, que no demanda sangre ni muerte en el camino de la revolución. Esa fortaleza femenina que fiel a su naturaleza y a su manera de hacer las cosas, puede, y de hecho nos lleva muchas veces, a la victoria.

Gracias Rigoberta por tu ejemplo y he aquí un humilde homenaje a tu obra.
Y ¡vamos por más!

Mariel Arandia

Para mayor información:
www.mujeroriginaria.com.ar
www.awka-liwen.org
www.frmt.org

3 comentarios:

  1. Grande Rigoberta, de veras.
    La tragedia del pueblo guatemalteco es muy poco conocida. Creo que solamente cuanto todas y todos nos involucremos podremos extirpar de nuestras percepciones y nuestro imaginario social la discriminación, los mitos de jerarquía cultural.
    Lo más importante, creo, es poder adoptar la perspectiva otra, esa que nos ha sido ocultada por quienes vencen y dominan.
    Un abrazo

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  2. Excelente Mariel!!!, nuestras culturas precolombinas todavía no han dado su grito de libertad!!!

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  3. Muy bueno el texto y los datos Mariel, me hizo buscar cosas de las que no estaba ni enterada lamentablemente. Gracias Mariel!
    Acá dejo una de las notas con los resultados e irregularidades de las últimas elecciones en Guatemala http://www.europapress.es/latam/guatemala/noticia-guatemala-rigoberta-menchu-denuncia-anomalias-compra-votos-elecciones-guatemala-20110912195459.html

    éxitos en Alemania!!! Besos desde el FMK

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