SEÑALIZACIONES, MEMORIA VIVA

Como antes, amparados en la fuerza del gobierno que tomaron por asalto para diseminar el terror en la sociedad, cobardes que emplearon las armas para aniquilar a una generación en rebelión, decididos a someter la palabra y la protesta con el secreto a voces de las desapariciones, las torturas, los campos de exterminio, el destino final de los fusilamientos, entierros en fosas comunes… atacan una placa, un cartel, una instalación.

Sucede que no se trata de una mera placa ni cartel ni instalación.

Detrás de argumentos falaces que los investía de un permiso para secuestrar, torturar y matar, robar bebés, delinquir de todas las maneras, sin pensar jamás en que serían sentados en el banquillo de los acusados de la justicia, se desesperaron cuando, tras un período en el que lograban impunidad, se abrió la compuerta de las sentencias largamente esperadas, la condena social que fue creciendo, la construcción de la memoria colectiva de aquellxs que pensaron desaparecidos, “esfumados” para siempre...

Cada señalización de los sitios donde desplegaron su dispositivo tenebroso sale al encuentro de quienes no pueden ignorar nuestra historia reciente, y apuntan a las responsabilidades no solo de carniceros sino también de instigadores de buenos modales, de cómplices tapados, de bendiciones canallas de hombres de sotana que nunca pidieron perdón.

No son extraños los ataques que repudiamos.

La decisión política de señalar los ex centros clandestinos es una herida punzante para el poder desaparecedor y para la amnesia que le es funcional.

Las movilizaciones, las restituciones de nietos, la emoción de incorporar a más jóvenes al ejercicio de la memoria y a la profundización en las otras dimensiones que tuvo esa política que resquebrajó la industria nacional, concentró el poder mediático, que endeudó al estado por décadas, es intolerable para los socios de los militares genocidas.

Se han señalado 38 lugares de la memoria y se están llevando al estrado judicial a empresarios cómplices. Por primera vez. Quizás pronto, haya curas también, como fueron llevados a juicio ex jueces y camaristas que delinquieron.

No es casual que ataquen y resuenen versiones de la teoría de los dos demonios, ni que, frente al plazo de vencimiento para la aplicación efectiva de la ley de medios, la oposición mediática intente promover el “hartazgo” de hablar de los 70. Inventan dispositivos para delatar a quienes se comprometen con lo colectivo, persiguen educadorxs díscolxs, demonizan a los adolescentes y venden respiración para alto nivel y conciencia light, cuando son los mismos feroces perseguidores de ayer, y no improvisan en absoluto. Se permiten hasta la perversión de banalizar la shoá para desprestigiar a La Cámpora a través de una pluma de la colectividad judía.

No son museos los lugares de la memoria, no son meros carteles y placas. Expresan voces que enarbolan banderas que hoy vuelven a levantarse de nuevas formas, en manos de quienes intentan transformar el presente sin olvidar el pasado, que es la única manera de no repetir tragedias.

Seguimos floreciendo, a pesar de todas las flores tronchadas y desaparecidas.


Daniela Godoy