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miércoles, 12 de octubre de 2011

Lo que más perturba... es que sea ella.

"Serán ocho años en la cúspide del poder. Ese que conoció desde joven. El mismo que convirtió en pilar fundamental de su vida personal y política"es el cierre que Lucrecia Bullrich hace de su artículo sobre Cristina Fernandez de Kirchner, publicado en La Nación.Recomiendo la lectura y el análisis de los dichos de los entrevistados por Bullrich: el fotógrafo presidencial,Víctor Bugge, y Alberto Fernández, ex Jefe de Gabinete.
Es realmente notoria la molestia que genera el tener que pensar en una mujer en el ejercicio del poder, y tener que reconocer sus atributos: "Durante los años en el Congreso, - donde ejerció como diputada y senadora-, Cristina Kirchner se hizo conocida por su perfil de oradora hábil, polemista aguda y casi imbatible, y trabajadora incansable." (la frase siguiente dice: "pasó de la crítica furibunda al menemismo a la defensa sin matices del gobierno de su marido", como si estuviera en el vínculo marital la explicación del cambio de postura política y no en el contenido político de ese apoyo).
El artículo destila frases del tipo: "Cristina Kirchner está acostumbrada al protagonismo. Nunca se resignó al segundo plano que la política suele reservarle a la mujer. Y lo hizo desde la reivindicación, muchas veces criticada, de su condición de género. Combinó la legisladora aguerrida con la madre atenta, la primera dama incondicional con la esposa amorosa y la presidenta firme con la mujer frágil golpeada por la sorpresiva muerte de su compañero".
¿Mujer frágil?... Seguro que el dolor de la pérdida del Néstor, con quien lo compartiera todo, fue un golpe del cual - ella misma lo dijo en su mensaje al país después del velatorio-, jamás se repondrá. Una parte de ella se fue con él.
Pero si hay algo que Cristina Fernández no es ni fue nunca, es frágil.
El día en que miles y miles de nosotrxs despedíamos a Néstor, transmitimos una fortaleza extra desde el afecto, pero...la fuerza la tenía ella.
El testimonio de Alberto, por otra parte, sirve a la escriba del diario de los Mitre para decir: "En sus palabras, el cariño y el respeto se combinan con la decepción. No duda en describirla como una mujer brillante, decidida, fuerte y valiente. Tampoco duda en endilgarle una pérdida de la capacidad de escuchar "opiniones distintas" que, y lo deja bien claro, nunca dejó de tener Kirchner."
La remanida comparación entre un supuesto carácter contemporizador de Néstor, cierta amplitud de la cual ella carece... ¿no nos suena conocido este recurso en otros discursos que sangran por la herida de haber sido desplazados en sus metodologías facciosas por esta mujer de quien Néstor dijo tantas veces, tenía el coraje que él no tenía?
Lean el artículo y saquen sus conclusiones. Más allá de la vereda ideológica de la cual emana esta pieza periodística, creo que lo que más enloquece y perturba es la variable genérica. No soportan que esta mujer, que se despliega en sus distintas aristas, con su inteligencia, su capacidad de trabajo, su sensibilidad, su sensualidad, sea la Presidenta de la Nación y lo siga siendo por el voto popular y el mayor nivel de aceptación que se haya conocido en décadas.
Es una mujer, es ésta mujer. ¡Es demasiado!

Daniela Godoy

2 comentarios:

  1. Me llama la atención la brutalidad de un párrafo de la nota de la nación -que citas en el escrito- "Nunca se resignó al segundo plano que la política suele reservarle a la mujer" Así escrito, sugiere que el lugar alcanzado por Cristina, no es por mérito, por capacidad de trabajo, por inteligencia...sino por impertinencia, soberbia y capricho. Habría que preguntarle a esta mujer, a qué se debe su lugar en el periodismo. Esperaría que respondiera: por la calidad de sus reflexiones... y no por "no resignarse al segundo plano que le asignan a la mujer". Si naturalizamos este tipo de reflexiones, siempre estaremos tratando de explicar o justificar el lugar que una mujer ocupa a partir de sus capacidades como persona.

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  2. Me da la impresión que lo más delicado de este tipo de discursos es la manera en que se escriben, me refiero a los términos que tanto la persona que escribe como los entrevistados deciden utilizar.

    Si bien se mencionan cualidades, detrás le sigue lo que se critica pero en un juego bastante perverso que deja, para la mirada de much@s, bien parada a la autora, sin violencia ni confrontación sólo opinión periodística.

    En lo que leí el texto, resulta que las cualidades que destacan no le corresponden a una mujer, acá me parece que es donde se ve más gráficamente la diferencia entre hombre y mujer pero no como distinto sino como que ser lo uno es mejor que ser la otra.

    Ana Laura Casco

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